Antonio Lugo Machín, cantante de
Boleros y canción melódica, conocido mundialmente con el nombre artístico de
Antonio Machín, nació en Sagua la Grande (Cuba), el 11 de febrero del año de
1903, y murió en Madrid el 4 de agosto del año 1977, cantante cubano de boleros
y de música popular en general. Basó su repertorio en la música cubana y la
balada romántica. Intérprete de reconocido prestigio en el ámbito hispanohablante,
es famoso por sus recreaciones, entre otras, de temas como El manisero, Dos
gardenias, Angelitos negros... Su disco El manisero, grabado en 1930 acompañado
por la orquesta de Don Aspiazu para la compañía Víctor de Nueva York,
constituyó el primer éxito millonario en ventas de la música cubana.
Desde niño cantó en teatros de su pueblo natal e integró grupos musicales alternando con su trabajo de albañil. Cantaba en el coro de la iglesia, detrás de la pantalla del cine mudo... Cuando Machín cumple 20 años, su mayor deseo es cantar ópera. Aunque no tarda en comprender la imposibilidad de su anhelo siendo mulato, su repertorio quedaría reducido a Otelo, estudia bel canto. Animado siempre por su madre, quien fue en parte culpable de inculcarle el amor por la música, el padre veía su actividad como propia de personas de no muy buena vida.
A pesar de las trabas el joven Antonio llegó a La Habana en 1926. Empezó cantando en los cafetines de entonces junto con un guitarrista llamado Manuel Zaballa. La reputación del dúo fue creciendo entre los señores, cuyas fiestas animaban. Pero el destino del artista estaba en una emisora a la que acudió a cantar. Allí coincidiría con Don Azpiazu, quien no dudó en contratarlo para que integrara en su orquesta como segundo cantante y cantara en el Casino Nacional de La Habana. Comenzaba así su carrera profesional en la música. Su primer gran éxito fue "Aquellos Ojos Verdes", al que siguió "El Manisero". Puede destacarse de esta época que fue el primer artista negro que canto en el Casino Nacional de La Habana, lugar muy exclusivo, frecuentado por la burguesía más exquisita.
A partir de 1930 viviría en el extranjero y no volvería a la isla de Cuba hasta 1958, en abril de 1930 Antonio Machín llega a Nueva York, integrando la orquesta de Don Azpiazu. Estuvo cuatro años, formando parte de otras muchas.
Machín llegó a España, país natal de su padre, donde inicia una nueva vida y donde vivirá hasta su fallecimiento en 1977. Ya desde la década de los veinte tenía un hermano que vivía en Sevilla, Antonio llega de vacaciones, en 1939, tratando de escapar de la guerra mundial y se encontró con la realidad española más dura y pobre, con la guerra civil recién acabada. Se quedó en Madrid y se casó en 1943, en la ciudad de Sevilla con María de los Ángeles Rodríguez, a donde trajo a parte de su familia. En 1947 llegaría su gran éxito, en España. Se trata del inolvidable Angelitos negros. En principio fue una canción morisca, que con los arreglos musicales a finales de la década de los sesenta, convirtió en un gran bolero.
Dos compositores importantes en su carrera, fueron el cubano Oswaldo Farrés: autor de temas como Madrecita, Toda una vida, No me vayas a engañar, Quizás, quizás, quizás, Ay de mi... y la mexicana Consuelo Velázquez: autora de Bésame mucho, Será por eso y Amar y vivir. Mención aparte merece la única versión de la cubana Isolina Carrillo, que convirtió en uno de sus grandes éxitos, Dos gardenias. En España, ya con más de sesenta discos grabados y con su "Cuarteto Machín", le llega la consagración gracias a una adaptación absoluta al país como lo demuestra la frase, muy citada, de que se trataba de "El más cubano de los españoles y el más español de los cubanos".
Desde niño cantó en teatros de su pueblo natal e integró grupos musicales alternando con su trabajo de albañil. Cantaba en el coro de la iglesia, detrás de la pantalla del cine mudo... Cuando Machín cumple 20 años, su mayor deseo es cantar ópera. Aunque no tarda en comprender la imposibilidad de su anhelo siendo mulato, su repertorio quedaría reducido a Otelo, estudia bel canto. Animado siempre por su madre, quien fue en parte culpable de inculcarle el amor por la música, el padre veía su actividad como propia de personas de no muy buena vida.
A pesar de las trabas el joven Antonio llegó a La Habana en 1926. Empezó cantando en los cafetines de entonces junto con un guitarrista llamado Manuel Zaballa. La reputación del dúo fue creciendo entre los señores, cuyas fiestas animaban. Pero el destino del artista estaba en una emisora a la que acudió a cantar. Allí coincidiría con Don Azpiazu, quien no dudó en contratarlo para que integrara en su orquesta como segundo cantante y cantara en el Casino Nacional de La Habana. Comenzaba así su carrera profesional en la música. Su primer gran éxito fue "Aquellos Ojos Verdes", al que siguió "El Manisero". Puede destacarse de esta época que fue el primer artista negro que canto en el Casino Nacional de La Habana, lugar muy exclusivo, frecuentado por la burguesía más exquisita.
A partir de 1930 viviría en el extranjero y no volvería a la isla de Cuba hasta 1958, en abril de 1930 Antonio Machín llega a Nueva York, integrando la orquesta de Don Azpiazu. Estuvo cuatro años, formando parte de otras muchas.
Machín llegó a España, país natal de su padre, donde inicia una nueva vida y donde vivirá hasta su fallecimiento en 1977. Ya desde la década de los veinte tenía un hermano que vivía en Sevilla, Antonio llega de vacaciones, en 1939, tratando de escapar de la guerra mundial y se encontró con la realidad española más dura y pobre, con la guerra civil recién acabada. Se quedó en Madrid y se casó en 1943, en la ciudad de Sevilla con María de los Ángeles Rodríguez, a donde trajo a parte de su familia. En 1947 llegaría su gran éxito, en España. Se trata del inolvidable Angelitos negros. En principio fue una canción morisca, que con los arreglos musicales a finales de la década de los sesenta, convirtió en un gran bolero.
Dos compositores importantes en su carrera, fueron el cubano Oswaldo Farrés: autor de temas como Madrecita, Toda una vida, No me vayas a engañar, Quizás, quizás, quizás, Ay de mi... y la mexicana Consuelo Velázquez: autora de Bésame mucho, Será por eso y Amar y vivir. Mención aparte merece la única versión de la cubana Isolina Carrillo, que convirtió en uno de sus grandes éxitos, Dos gardenias. En España, ya con más de sesenta discos grabados y con su "Cuarteto Machín", le llega la consagración gracias a una adaptación absoluta al país como lo demuestra la frase, muy citada, de que se trataba de "El más cubano de los españoles y el más español de los cubanos".
En Alcalá de Guadaira (Sevilla)
el 7 de junio de 1977 salió muy agotado de escena y no pudo regresar. Fue su
última actuación. Machín falleció en Madrid el 4 de agosto de 1977, en su casa
de la calle General Mola, a los 74 años de edad y descansa en el Cementerio de
San Fernando de Sevilla.
ANTONIO MACHÍN – EL MANISERO
ANTONIO MACHÍN – BÉSAME MUCHO
ANTONIO MACHÍN – ANGELITOS NEGROS
ANTONIO MACHÍN – TODA UNA VIDA
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