Los dúos masculinos siempre gozaron de gran
prestigio dentro del pop español. Este formato va a reverdecer en el
primer lustro de los 70 merced a parejas como José y Manuel o Víctor
y Diego. Cronológicamente, justo en medio de ambos surgen Cuerpos y
Almas. Es preciso anotar que ese segundo florecer de estos dúos no
tiene su origen en formaciones españolas de la década anterior,
sino en la enorme influencia de Simon & Garfunkel en los músicos
de toda una generación.
Armando Riesgo Pérez-Dueño (guitarra y voz aguda) y
Álvaro Fernández Cueto (guitarra y voz grave) habían coincidido
desde niños en el instituto. A finales de los 60 habían formado
parte de alguno de los multitudinarios grupos de folk que tanto
proliferaban por la capital de España y finalmente, hacia 1970,
habían decidido formar un dúo para interpretar sus propios temas.
Su debut discográfico se produce con “Samba,
Samba” (Regal, 1971). Una canción dentro de los parámetros del
folk pop más sofisticado con acompañamiento orquestal que se
completaba en la cara B con un tema de Andrés do Barro: “A unos
ojos verdes”. El disco se comporta satisfactoriamente en el mercado
y se asoma de puntillas a las listas de ventas.
En 1972 publicarán dos nuevos sencillos de calidad;
sin embargo, venderán muy poco y pasarán del todo desapercibidos.
Eso dará al traste con el proyecto nunca cumplido de grabar un long
play. EMI rescindirá el contrato al final de ese año y el dúo
estará en un tris de desaparecer. Especialmente interesante es su
canción “Katy, ¿Dónde Estará?” (Odeón, 1972) en plena onda
Paul Simon.
Pero CBS da sus primeros pasos en España y está
haciendo aquella temporada bastante fichajes. Cuerpos y Almas tienen
allí una segunda vida que comenzará con el single “Hoy Estoy
Sufriendo” (CBS, 1973) con producción de Eddy Guerin. El dúo
sufre una renovación que lo acerca a la música comercial de la
época, preludiando a Pecos. Vuelven a adquirir una cierta
notoriedad, pero siguen sin alcanzar el triunfo rotundo.
Pasarán casi dos años sin nuevas publicaciones
hasta que rehacen su trayectoria de la mano de “Rosalía” (CBS,
1975), una composición propia que se convertiría en su tema más
vendido y recordado. Aquellos Cuerpos y Almas imbuidos de aires folk
rock se nos muestran cercanos a Fórmula V. Las letras que destilaban
un cierto contenido social son ahora un barrio de lugares
comunes. Vendrá después la extraña “A un Toro” (CBS,
1975), una de sus mejores canciones que no revalidará las ventas
anteriores.
Son demasiados años de esfuerzo correspondido solo a
medias. Su marca tampoco está por la labor de seguir apostando por
Armando y Álvaro. Con un pie ya fuera del sello publicarán su
último sencillo: “Sin Saber Por Qué” (CBS, 1976), una canción
de buena factura vocal y poco tirón que supone el adiós.
CUERPOS Y ALMAS – SIN SABER POR QUÉ
CUERPOS Y ALMAS – SAMBA, SAMBA
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